ración en nuestra relación con Dios.
Nuestros pecados y deseos son como
vientos que nos impiden tener una
relación con Dios y nos impedirán llegar
al cielo en el momento de la muerte.
Por lo tanto, es necesario que cada uno
encuentre personalmente un puente
sólido y eficaz para poder volver y
ser reconciliado con Dios. Es urgente
para usted, porque cada día que pasa
está arriesgando su futuro. Debido a
sus pecados, usted morirá, caerá en
el infierno y estará separado de Dios
eternamente. Definitivamente eso sería
una tragedia mucho más horrenda que
la que pasó con el Puente de Tacoma.
Por favor, no confíe en un puente que
no va funcionar ni durar. Jesús dijo: “Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan
14.6). Dios diseñó el plan y su Hijo,
Jesucristo, lo llevó a cabo cuando fue
a la cruz. Ahí, “Cristo padeció una sola
vez por los pecados, el justo por los
injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro
3.18).
Hoy usted puede ir y ser reconciliado
con Dios confiando y cruzando el único
puente confiable que salva, nuestro
Señor Jesucristo. Él prometió: “De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi
palabra, y cree al que me envió, tiene